Cómo el termostato inteligente salvó mi factura de la luz (y casi mi paciencia)
Venga, que empiezo con una confesión: hace un año, mi factura de la luz parecía un monstruo que devoraba mi sueldo sin piedad. Un día, harto de entender poco y pagar mucho, me dije, «voy a probar con un termostato inteligente». Y ahí empezó mi aventura con claves para elegir un termostato inteligente y ahorrar luz, que me ha dado más de una sorpresa y, sobre todo, me ha dejado unos cuantos consejos que ahora comparto contigo.
¿Por qué un termostato inteligente y no uno normal?
Bueno, la cosa es que un termostato tradicional es como ese colega que siempre llega tarde y no avisa: te calienta la casa cuando no estás o la deja fría cuando llegas. Pero el termostato inteligente, en teoría, es el listo del grupo, el que aprende tus horarios y se adapta para que no malgastes ni un vatio. Claro, que para eso tiene que ser bueno y, sobre todo, saber qué demonios comprar entre tanta marca y modelo que hay por ahí.
Las claves básicas que nadie te dice pero que yo aprendí a base de prueba y error
La primera, y la que me costó pillar, es la compatibilidad con tu sistema de calefacción o aire acondicionado. No te fíes solo del vendedor, revisa bien si el termostato va a funcionar con tu caldera, bomba de calor o lo que tengas, porque si no, vas a tener un cacharro bonito que sólo sirve para decorar.
- Conectividad: WiFi, Zigbee, Z-Wave… no te vuelvas loco, pero mira qué protocolo usa tu casa inteligente o el asistente de voz que tengas (Alexa, Google, HomeKit).
- Facilidad de uso: Hay termostatos que parecen el tablero de un avión y otros que son tan simples que hasta tu abuela los entendería. Elige según tu paciencia y ganas de trastear.
- Funciones de programación: Que permita horarios personalizables, por supuesto. Y que aprenda de tus hábitos si es posible, eso es un plus que merece la pena.
- Presupuesto: No hace falta arruinarse, pero tampoco ir a lo más barato que suele salir caro en eficiencia o comodidad.
Y el tema del ahorro, que parece magia pero no lo es tanto
La clave del ahorro está en no calentar o enfriar cuando no es necesario. Un termostato inteligente decente regula la temperatura en función de si hay gente en casa, la hora, e incluso el clima exterior. Eso sí, no esperes que haga milagros si tu casa es un queso suizo sin aislamiento. Pero bueno, ahorrarás algo seguro.
Ah, espera, creo que me estoy liando un poco con esto. Tenía algo apuntado pero no lo encuentro, da igual. Lo que quería decir es que a veces ni haciendo todo bien sale. No sé si me explico, pero bueno, ya me entiendes. También depende mucho de dónde vivas, no es lo mismo un piso en Madrid que una casa en Galicia con esas lluvias y humedad constante.
Algunas marcas que me han parecido interesantes (y por qué)
No quiero hacer publicidad ni nada, pero diré que he probado un par de ellos y tengo mi opinión, que por supuesto es subjetiva y basada en mi experiencia y no en pruebas de laboratorio ni nada.
- Google Nest: Esta es la que suele salir en todas partes. Es fácil de usar, se integra muy bien con Google Home y aprende tus hábitos. Pero ojo, si no usas el ecosistema Google igual no le sacas todo el partido.
- Ecobee: Más pensada para el mercado norteamericano, pero con sensores remotos que pueden ser útiles si tienes la casa grande o con estancias que cambian mucho.
- Tado: Muy popular en Europa. Permite control por zonas, es compatible con muchas calderas y tiene un diseño bastante limpio.
¿Vale la pena invertir tiempo en la instalación?
Pues mira, depende. Si eres manitas, no tendrás problema con el cableado y conectar el termostato. Pero si no, mejor llamar a un profesional o perderás horas y quizás alguna caloría de más peleándote con los cables. A veces merece más la pena invertir un poco y olvidarse.
¿Y qué pasa con el tema de la seguridad y la privacidad?
Esto no lo cuentan mucho, pero cuando conectas un aparato a Internet que controla tu casa, hay que pensar en la seguridad. ¿Quién tiene acceso a tus datos? ¿Está el fabricante comprometido con la privacidad? No digo que vayas a ser hackeado, pero no está de más echar un ojo a las políticas de privacidad y usar redes seguras.
Al final, ¿cuánto se puede ahorrar realmente?
Esto es como con todo: depende. Algunos estudios dicen que se puede ahorrar hasta un 30% en calefacción y aire acondicionado. En mi caso, no sé si llegue a tanto, pero la factura bajó y yo estaba más tranquilo. Al final, lo que cuenta es que no gastes luz calentando cuando no es necesario. Eso es más importante que tener la temperatura perfecta todo el rato, que al final también cansa.
Bueno, creo que ya te he soltado todo lo que tenía en mente sobre las claves para elegir un termostato inteligente y ahorrar luz. No sé si me ha quedado muy caótico, pero así es como salen estos textos cuando los escribo de una sentada y con ganas de acabar. Si has llegado hasta aquí, gracias. Y si no, pues nada, otro día será.
En fin, me voy a apagar el ordenador que ya es hora. Ah, y recuerda: no todos los termostatos son iguales, pero un poco de inteligencia en casa siempre ayuda, o al menos eso creo. Hasta otra.